La desalinización en México y el mundo es una solución viable y redituable ante un escasez de agua que se extiende por el mundo. En el país se están implementando algunas inversiones al respecto
Soluciones también son redituables
Ante la creciente escasez de agua, la desalinización es parte del abanico de soluciones clave para garantizar el acceso al recurso hídrico. Particularmente en zonas costeras y áridas. Para 2025, según Fortune Business Insights más del 25% de la población mundial enfrentará escasez de agua dulce, impulsando una industria valorada en 27,800 millones de dólares (mdd), con un crecimiento proyectado del 8.68% anual hasta 2032.
Las tecnologías más utilizadas a nivel mundial incluyen la ósmosis inversa, la destilación flash multietapa (MSF), la destilación multiefecto (MED), los sistemas híbridos y la electrodiálisis.
¿Cómo va México?
En ese sentido, México está adoptando una estrategia similar. Está buscando implementar la “ósmosis inversa, electrodiálisis y sistemas híbridos” como pilares tecnológicos, bajo esas tendencias globales. Se tratan de proyectos recién puestos en marcha, de modo que es importante conocer su evolución más adelante.
Entre los proyectos más relevantes en el país destacan la Desaladora Rosarito en Baja California, que abastecerá a Tijuana y Rosarito con una inversión de 12,000 millones de pesos; la planta desaladora de Los Cabos, con una capacidad de 250 litros por segundo y una inversión de 1,455 millones de pesos; y la planta en Rancho San Lucas, equipada con tecnología MSMT/Biturbo para producir hasta 300 m³ diarios de agua potable desalinizada.
México invertirá en desalinización
A nivel nacional, se espera una inversión acumulada de 122,600 millones de pesos entre 2025 y 2030 en infraestructura hídrica. Con un enfoque en 17 proyectos estratégicos para beneficiar a más de 36 millones de personas. Esto en el marco del Plan Nacional Hídrico, en vínculo con el Plan México. En contraste, el mercado global prevé una inversión de 27,800 millones de dólares solo en 2025, haciendo cuentas propias, la inversión proyectada en México representa 22.46% de la global.
En cuanto a innovación, México optó por la adopción de membranas avanzadas e integración de renovables. Mientras que en el mundo se exploran también la desalinización solar y el desarrollo de nuevos sistemas híbridos. Las membranas desarrolladas por la Universidad de Michigan, por ejemplo, prometen revolucionar la eficiencia energética y la gestión de residuos salinos, aspectos críticos para la sostenibilidad del proceso.
Desde una perspectiva ambiental
México se esté enfocando en la “reducción de impacto ambiental, gestión de salmuera y eficiencia energética”, una visión que se complementa con los enfoques globales orientados a la “reducción de emisiones, gestión de residuos y uso de renovables”.
La carrera por el agua cada vez se hace más visible, pero poco atendida. En México, durante la conferencia matutina del 30 de abril, el titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Efraín Morales López, señaló una inversión sexenal de 186 mil 567 millones de pesos. De los cuales 122 mil 600 millones se destinarán a obras de infraestructura de agua potable y 60 mil millones al programa de tecnificación de distritos de riego.
Hay avances con estas gestiones. No obstante, la transparencia y el seguimiento a los proyectos es una importante acción propia de la ciudadanía y de los actores clave en torno a este sector. De llevar a acabo a pie y letra la combinación de estas inversiones, la ejecución de las políticas planteadas, la adopción de tecnología de punta y el mantenimiento del compromiso con la sostenibilidad, ello ofrecería una hoja de ruta que podría inspirar a otras naciones en desarrollo.